Es poco conocido pero el Comandante Izquierdo tiene un impétu poético irrevocable. Tantas noches de guerrilla lo han convertido en un miserable pseudorromántico. Cursi hasta la madre. Espero no hacerles sufrir demasiado con sus ridiculeces de poetucho del monte, combinación de calenturiento y desolado, con una vida sexual desastroza y entregada principalmente al solipsismo, al competido arte y deporte del onanismo. Este es un conjunto de desvaríos a los que el Comandante en su profunda ignorancia llama una poesía (en todo caso será un poema) que escibió después de conocer a Valentina su Dulcinea de la sierras de la imaginación -yo digo del desamparo. Espero no provocaros vómito.
El editor
cae la tarde
un desfiladero de mañanas rotas
al peñasco de tu cama
una fila de historias de niña frente al mar y sin escamas
alas de la espalda te habrán de crecer
atada
la tarde iluminada de transparente
la ventana empieza sus retoños
de colores en los vasos y las cenizas
envuelta
de desnudo en la intemperie de tu cuarto
el brillo de tu piel inmaculada la oscuridad congelada relampaguea
más tapada cuando más desnuda hayas estado
las batallas del insomnio
las espadas de la cordura y sus soldados derrotados
el encuentro mas fortuito
el más arbitrario
el más predestinado
todo lo que nos besamos
el respiro de saliva y marihuana
lengua marea incontinente
la mañana se inmiscuye en la conversación
el humo de cigarro
mi interés por seguir la huida
los mismos ojos desde el principio
tu sonrisa la llevo conmigo
tu nombre en la noche queda
cosmólogo en la inmensidad de un cuarto
me he encontrado en esa oscuridad al encontrarte
todo lo que no es cierto entre tus labios
salgo a caminar con una certeza
un pedazo de mí estaba por el mundo
bajo tu lengua
brotó del latido de tu corazón cansado
lunes, 24 de marzo de 2008
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1 comentario:
Bien bien bien....sí me gustó y me encanta que usté, en sus noches de hastío y fusilamientos saque un lápiz de la cartuchera....
en verdad es buen poema Guevo Izquierdo¡¡¡
un abrazo
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